Desconcertado no dejaba de leer los documentos que tenía delante, había firmado muchas cosas en su vida pólizas de seguros, cheques, contratos, alquileres.. pero nunca había pensando en tener que firmar su propio certificado de defunción...y es que no sabía qué el demonio también tenía su propio cobrador de morosos y habiendo sido alcalde de su ciudad había contraído demasiadas deudas...
Microemociones 4
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